CELOS
Aquí tenemos a uno de los principales enemigos de la relación, sus aliados son la inseguridad y la falta de confianza (que también son predictores de una mala relación). Culturalmente, se han mantenido ideas cómo “si no tiene celos no le importas” “debes provocarle celos para que te desee y sepa lo que vales”, justo ahí está el problema, no debemos provocar que nos quieran, ni debemos esperar a que nos demuestren con celos que nos quieren. Creemos que los celos son una prueba de amor, cuando realmente una verdadera prueba de amor es la confianza (confianza en nosotros mismos y en el otro).
Amar, va más allá de proteger a una persona cómo una propiedad, ya que si es así estamos, hablamos de inseguridad en nosotros o en el otro, y allí la relación ya está empezando con fallas, ¿cómo puedo dar lo mejor de mí a una persona si no puedo reconocer justamente lo mejor de mí (lo valiosa/o que soy)? ¿Cómo puedo decidir, estar y compartir tanto con una persona en quien no puedo confiar? Mantenemos nuestras relaciones a pesar de la desconfianza, porque en algún momento pensamos que esto era normal o fue lo pactado socialmente, pero no lo es, los celos y todos los comportamientos que vienen de ellos deterioran la relación y la autoestima de sus integrantes. Perdemos el norte de la relación que es crecer y construirse juntos, pues cuando hablamos de celos hablamos de una necesidad de exclusividad y de posesividad hacia la otra persona pareja, lo cual termina generando limitaciones y manteniendo relaciones dañinas.
MALA RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS
Los problemas, puntos de vista diferentes, discusiones, malestares y todo lo que pueda suceder es normal en una relación, pero es un momento definitivo para saber si lo vamos a hacer más grande o si lo vamos a solucionar.
Por tanto, el verdadero “problema” no será el “problema por el que discutan”, sino resolverlo de manera negativa, en este punto debemos saber que resolverlo de manera negativa también puede ser -no resolverlo-.
Cuando a una situación respondemos con evitación, agresividad, volver al pasado, críticas fuertes en lugar de empatía, posicionarse en polos opuestos en lugar de encontrar un consenso, hacemos el problema más grande, fracturamos la relación y no le damos solución a la situación principal del momento, significa no romper con el ciclo negativo de la discusión y adoptar una forma inequívoca de solucionar conflictos.
Pregúntate…
¿Recuerdas alguna discusión que haya sido insignificante, pero haya finalizado mucho más grande de lo que empezó?
¿Qué sueles hacer cuando te ves en un conflicto con tu pareja?
¿Respondes con agresividad?
¿Huyes? ¿Aceptas todo lo que te dice el otro?
Cuando no resolvemos los conflictos de manera adecuada, sin darnos cuenta, acumulamos conflictos, y ante cada situación problemática nos enfrentaremos, no solo a ella, sino al repertorio de acumulados que tenemos.
Resolver los problemas de verdad, asertiva y adecuadamente, dará un respiro a la relación, y permitirá que sigan creciendo en lugar de lastimarse o estancarse ante una situación.